Isumu eга un perro que nunca había experimentado amor. Había sido abandonado cerca de un refugio, dejado a su suerte al costado del camino.
Tenía una ancha cicatriz y sangre alrededor de su cuello por las cadenas que lo habían retenido antes, y sus largas uñas le causaban angustia con cada paso que daba. Su cuerpo estaba cubierto de heridas por la rabia, y tenía un olor peculiar a carne podrida.
A pesar de todo su sufrimiento, los ojos de Isumu aún mostraban una chispa de vida, y aún tenía el potencial de experimentar miedo, humildad y esperanza. Rezaba a Dios para que alguien viniera a ayudarlo y lo salvara de su angustia.
Día 10: Isumu comenzó a recuperarse. Sus heridas empezaron a sanar y su pelaje comenzó a crecer de nuevo. Ya no olía a carne podrida, y sus ojos comenzaron a brillar con alegría y satisfacción.
Día 80: Finalmente, una familia amable llegó al refugio buscando adoptar un perro. Cuando vieron a Isumu, se enamoraron de él de inmediato.